domingo, 15 de noviembre de 2009

Caín


José Saramago volve a ocuparse da relixión en Caín, a súa nova novela, que a editorial Alfaguara publica, na que redime ao seu protagonista do asasinato de Abel e sinala a Deus "como o autor intelectual ao despreciar o sacrificio que Caín lle ofrecera".












Saramago xa ten explicado a través do correo electrónico que o que quixo dicir con Caín é que "Dios no es de fiar. ¿Qué diablos de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín?".

Casi 20 anos despois do seu discutido libro El evangelio según Jesucristo, que foi vetado polo Goberno portugués para competir polo Premio Europeo de Literatura, o Nobel luso fai un irreverente, irónico e mordaz percorrido por diversas pasaxes da Biblia pero non teme que volvan a crucificalo. "Algunos tal vez lo harán -explica Saramago-, pero el espectáculo será menos interesante. El Dios de los cristianos no es ese Jehová. Es más, los católicos no leen el Antiguo Testamento. Si los judíos reaccionan no me sorprenderé. Ya estoy habituado. Pero me resulta difícil comprender cómo el pueblo judío ha hecho del Antiguo Testamento su libro sagrado. Eso es un chorro de absurdos que un hombre solo sería incapaz de inventar. Fueron necesarias generaciones y generaciones para producir ese engendro".

José Saramago non considera este libro o seu particular e definitivo axuste de contas con Deus -"las cuentas con Dios no son definitivas", dice-, pero sí con los hombres que lo inventaron. "Dios, el demonio, el bien, el mal, todo eso está en nuestra cabeza, no en el cielo o en el infierno, que también inventamos. No nos damos cuenta de que, habiendo inventado a Dios, inmediatamente nos esclavizamos a él", explica el autor. Nega que a cercanía da morte, fai agora un ano debido a súa infirmidade, fixeralle pensar máis en Deus. "Tengo asumido que Dios no existe, por tanto no tuve que llamarlo en la gravísima situación en que me encontraba. Y si lo llamara, si de pronto él apareciera, ¿qué tendría que decirle o pedirle, que me prolongase la vida?".

E continúa Saramago: "Moriremos cuando tengamos que morir. A mí me salvaron los médicos, me salvó Pilar (su esposa y traductora), me salvó el excelente corazón que tengo, a pesar de la edad. Lo demás es literatura, y de la peor". Hai un ano, o escritor sorprendeu pola ironía e o humor que destilan as páxinas de El viaje del elefante (Alfaguara) e que agora volve con Caín. Para el é un misterio. E reflexiona: "No fue deliberado ni premeditado, la ironía y el humor aparecen en las primeras líneas de ambos libros. Podía haberlo contrariado e imprimirle un tono solemne a la narrativa, pero lo que está me vino ofrecido en una bandeja de plata, sería una estupidez rechazarlo".

O escritor empezou a pensar en Caín hai moitos anos. "Estaba en una especie de trance. Nunca me había sucedido, por lo menos con esta intensidad, con esta fuerza", recorda. Saramago, que una vez escribeu que "somos cuentos de cuentos contando cuentos, nada" e así sigue, se cadra é a mellor maneira de seguir vivo. "Es verdad. Tal vez la analogía perfecta sea la de la vela que lanza una llama más alta en el momento en que va a apagarse. De todos modos, no se preocupen, no pienso apagarme tan pronto". No seu blog aparece unha carta da presidenta da Fundación Saramago, Pilar del Río, na que anuncia aos lectores do Nobel que este Caín no os deixará indiferentes.Probade a ver! Dentro de nada na nosa biblioteca.

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