Ayer celebró su cumpleaños Francisco Ayala, tan contento y en compañía de Carolyn Richmond, su mujer. Ni más ni menos que 103, una edad estupenda. Da gusto verlo y da gusto leerlo, activo aún con 103, y lúcido e irónico, también con ciento tres. Su secreto, la miel. Eso sí, la toma desde que era un niño.
Si la memoria no me falla, yo conocí a Francisco Ayala con diecisiete o dieciocho años. Descubrí Muertes de perro, un libro que cuenta, a través de un narrador testigo, la caída de un dictador de un imaginado país caribeño. Aunque no hay un único punto de vista, sino un juego de perspectivas que obliga al lector a permanecer atento, es un libro que se lee con agrado. ¿Hoy en día lo leería un adolescente con agrado? Por si se da el caso, la editorial Vicens Vives ha editado Muertes de perro en su colección juvenil Clásicos Hispánicos.
Es un lujo poder leer a un clásico que aún está vivo, y es un lujo que a este escritor granadino nacido en 1906 no le asusten los avances tecnológicos del siglo XXI. Quiere estar en el mundo de hoy, no en el de hace cincuenta años, decía ayer a los periodistas; por eso se ha apuntado a la moda de las nuevas tecnologías y cuenta con una página en Facebook.
Este interés por los medios electrónicos no le impide mostrar su preocupación por el abandono del hábito de lectura, consecuencia inmediata del avance de los medios de comunicación audiovisuales. En su artículo "El nuevo analfabetismo"(Palabras y letras, Edhasa) Ayala alerta de que "el mensaje recibido pasivamente a través de la vista y el oído rebaja el nivel de atención hacia las artes alfabéticas, con el consiguiente deterioro del lenguaje, que es también deterioro del pensamiento, íntimamente unido éste a la facultad de expresarlo".[...] La pérdida del hábito de leer atrofia las capacidades imaginativas y las capacidades raciocinantes. Las nociones absorbidas por la vista tienen un carácter sensorial directo y tienden a provocar en el sujeto una reacción inmediata, quizá irreflexiva, en contraste con las nociones adquiridas a través de la letra impresa, que exige una elaboración mental por parte del lector, despertando así las potencias intelectuales tanto como la actividad imaginativa, y estimulando su conciencia crítica."
1 comentario:
Admiro tu trabajo y quiero compartir contigo esta limonada. Gracias
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