sábado, 30 de octubre de 2010

Los versos de Miguel Hernández inundan la Red

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández, poeta al que hemos ido recordando en Internet con numerosas actividades. Hagamos que la Red se inunde con sus versos.



LAS ABARCAS DESIERTAS
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Toda la gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

De la antología que Vicens Vives publica en su colección Cucaña: Corazón Alado. Antología poética. Miguel Hernández.

sábado, 23 de octubre de 2010

Qué pasaría si... 30 años sin Gianni Rodari.

Una palabra cualquiera elegida al azar puede funcionar como palabra mágica capaz de desenterrar campos de la memoria que yacían bajo el polvo del tiempo. Gianni Rodari.

El Servicio de Orientación de Lectura de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez dedica su boletín a la figura de Gianni Rodari, ya que este año se cumplen treinta de su fallecimiento ocurrido el 14 de abril de 1980. Nació, tal día como hoy, un 23 de octubre, en 1920.

Periodista metido por azar a cuentacuentos humorístico, vierte sus experiencias con niños y jóvenes en Gramática de la fantasía, donde reflexiona acerca de  la importancia de la imaginación en la creación literaria. Parte del recurso del extrañamiento ("Qué pasaría si...un cocodrilo llamase a vuestra puerta para pedir un poco de romero") para la creación de historias amenas y divertidas, que a la vez inviten a la reflexión y a la mejora de las técnicas lingüísticas. Imprescindible.

Enlaces de interés:
Artículo en la revista digital Cuatrogatos: Gianni Rodari: un defensor de la vida.
Biografía y pensamiento en la revista digital Imaginaria.
Página de Gianni Rodari (en italiano)
Propuesta de actividades para "Cuentos escritos a máquina" en Alfaguara.
Propuesta de actividades para "Cuentos para jugar" en Alfaguara.

sábado, 2 de octubre de 2010

¡Ojo, que te leo! Reflexiones a la luz de Como una novela de Daniel Pennac (I)



procedencia de la imagen
Ahora que estamos marcando las lecturas para el curso no estaría de más recordar las palabras de Daniel Pennac acerca de la importancia de los padres y de los docentes como partícipes del proceso lector. Demasiadas veces dejamos a los jóvenes atrapados frente a una maraña de letras indescifrables y encima ¡los culpamos si no entienden nada! Daniel Pennac se pregunta qué ha pasado para que un buen lector en la infancia abandone esta afición en la adolescencia. Los interesen de nuestros hijos, de nuestros alumnos,  han cambiado, es cierto, ¡dejemos que la adolescencia siga su curso con sus desafueros y sus inseguridades!, ¡ya curará!... pero es que nosotros también hemos abandonado nuestro papel en la lectura, y era importante, muy importante... el papel de narrador. Dice Pennac:
"Si los jóvenes no aman la lectura no hay que acusar a la televisión, ni a la modernidad, ni a la escuela. O a todo eso si se quiere, pero solo después de habernos planteado una pregunta primordial: ¿Qué hemos hecho del lector ideal que era en los tiempos en que nosotros interpretábamos a la vez el papel del narrador y del libro?¡Enorme traición!
Formábamos, él, el relato y nosotros, una Trinidad cada noche reconciliada; ahora él se encuentra solo, delante de un libro hostil.
[...]
Esos padres que jamás, jamás, cuando le leían un libro se preocupaban por saber si había entendido que la Bella dormía en el bosque porque se había pinchado con la rueca, y Blancanieves porque había mordido la manzana.(Las primeras veces, además, no lo había entendido en absoluto. ¡Había tantas maravillas en aquellas historias, tantas palabras bonitas, y tanta emoción! Se aplicaba al máximo en esperar su pasaje preferido, que él mismo recitaba en su interior llegado el momento; después venían los otros, más oscuros, donde se anudaban todos los misterios, pero poco a poco lo entendía todo, absolutamente todo, y sabía perfectamente que si la Bella dormía, era a causa de la rueca, y Blancanieves debido a la manzana...)
- Repito la pregunta: ¿qué le ocurrió al príncipe cuando su padre lo expulsó del castillo?
Intistimos, insistimos. ¡Dios mío, no es concebible que este chiquillo no haya entendido el contenido de estas quince líneas!¡Quince líneas no son la travesía del desierto!
Éramos su cuentista, nos hemos convertido en su contable.
-¡Pues ahora nada de televisión!
¡Vaya, sí...!
Sí... La televisión elevada a la dignidad de recompensa...y, como corolario, la lectura rebajada al papel de tarea...Esa ocurrencia es nuestra..."

Más sobre este tema en La lectura como lastre